Hoy miré el ayer en mi reflejo,
lo que soy, lo que fui y lo que debo ser.
Quizás mis descendentes y repetidos días deben acabar ahora
para poder avanzar surgir y ser la luz de esta prisión que está llevandose mi existencia
hacia un descenlace nada agradable.
Llevo mi mochila muy pesada y debo quitar de mi las cadenas,
refugiar mi andar en aquel Señor que venció a mi acusador,
tengo un objetivo por el cual debo dejarlo todo,
es una constante lucha entre el cielo y el Ades.
Alimentar mi alma y morir a la carne, es mi deseo, mi mayor anhelo
el respirar sólo por un motivo,
serle grato a mi Dios.
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